He estado tantos años trabajando que puedo decir que he aprendido mucho. La mayor parte de lo que he aprendido proviene de la observación, tanto como empleado, como manager o como director. También he aprendido cometiendo errores y celebrando grandes éxitos. También he aprendido a aceptar el cambio, a ser resistente, a ser flexible y a montarme en esa ola de la digitalización.
La diferencia entre un buen empleado y uno excepcional se encuentra principalmente en su distinción a través del reconocimiento externo. En otras palabras, aunque probablemente el mismo se dé cuenta de que es excepcional, esto no es algo que se autoproclame ya que corre el riesgo de parecer arrogante y egoísta.
La ambición, clave entre ser un buen y un excepcional profesional
Como líderes de una organización, siempre queremos tener una plantilla conformada por empleados excepcionales. No debemos permitirnos nada menos, al menos no por mucho tiempo. Y esto no significa que todos los empleados que están por debajo de este listón deben ser despedidos.
Debe ser la ambición tanto del empleado/a como del gerente lograr que un empleado/a promedio sea un buen empleado. Y un buen empleado siempre debe aspirar a ser un empleado excepcional. Las claves para subir de nivel son: aprender, innovar y crecer como una planta en una maceta cuyas raíces están tan atadas y debe de trasplantarse a un lugar más grande para esparcirse o arriesgarse al desgaste, la debilidad e incluso a una eventual pérdida.
En este momento, tal vez te estés preguntando por qué no mencionamos la recompensa monetaria, y es porque el dinero y la promoción siempre serán el resultado natural de la dedicación a un trabajo excepcional.
Aquí os presento algunas formas que considero se puede ser excepcional y he aprendido en mis más de 30 años de trabajo.
¿Cómo diferenciar entre ser un buen y un excepcional profesional?
Marca personal
Imagínate como una empresa. En su mente, crea tu propia marca, declaración de misión y visión de cómo servirá a las personas con las que trabajas. Piense en las personas con las que trabajas como personas a las que deseas complacer. Si estuvieran publicando una reseña sobre su experiencia trabajando contigo, ¿cómo sería?
Aparece
Sé puntual y digno de confianza. La confiabilidad y la capacidad de respuesta son las primeras cosas que buscamos en las personas para realizar trabajos por contrato personal y profesional.
Sé curioso
Toma nota de los roles de otras personas en la organización y ten una buena idea de cómo todos los departamentos trabajan juntos. Concéntrate en el panorama general y en cuál es el objetivo final de la organización.
Ten buena actitud
Incluso cuando no siempre lo sientas. Esto no significa que siempre tengas que sonreír y animar. A veces todos tenemos un mal día. Se honesto y dile a la gente que hoy no estás a tope. Todos somos humanos. Lo entenderán.
Controla la ira
Cuando te pongas nervioso o enojado, y antes de arremeter o responder con un mensaje de arrepentimiento, haz una pausa y regresa cuando te hayas calmado. Esto requiere algo de práctica. He perdido la calma a lo largo de los años. Pero cada vez que lo hice, lamenté mis reacciones impulsivas.
Toma posesión
Sé dueño de tu función, aunque se perciba de baja categoría. No eches la culpa, pero al mismo tiempo, no cargues con la culpa por los errores de otra persona. La verdad se revela a sí misma mediante un análisis detenido.
Sé dueño de tus errores
Todos de vez en cuando nos equivocamos. Nunca es divertido, pero desviar la culpa siempre se percibe como eso: no asumir la responsabilidad. Si te tomas en serio tu papel, te autocastigarás lo suficiente como para no volver a cometer el mismo error.
Piensa en ahorrarle dinero a la empresa
Busca consejos para ahorrar costos que tal vez no se le ocurran a la dirección. Si estás cerca de la operación específica, es probable que veas cosas que la administración no ha considerado. Piensa en términos de que es tu propia empresa. ¿Cómo podrías hacerla más eficiente?
Sé amable con otros
Vete a trabajar pensando en cómo puedes ayudar a aliviar la carga de otra persona. Si alguien tiene dificultades, pregúntale si hay algo que puedas hacer para aliviarle un poco la presión. La mayoría de la gente dirá que no, pero el gesto será recordado y, a menudo devuelto.
No cotillees
Siempre lucharé contra esto. Los cotilleos pueden ser divertidos, pero, lamentablemente, a menudo se producen a expensas del carácter de otro compañero/a. Las personas a menudo comparan a las personas con las que trabajan como «familia». Todavía no conozco una familia que no cotilleen entre ellos. Como regla, limito los cotilleos de los compañeros de trabajo a su desempeño en el trabajo si alguien está buscando irse o está causando dolor a otros. Intento alejarme de su vida personal. También busco moderar los rasgos negativos con algunos positivos.
Estate disponible en tiempos de crisis
Cuando haya dificultades hazte accesible. A veces necesitamos ir más allá para remediar una mala situación o brindar atención adicional a un proyecto para evitar que se desvíe. Incluso si está fuera de tu área de especialización, como ocurre con muchos de los momentos críticos de la vida, puede ser más reconfortante de lo que creas con solo estar presente.
Cuando termina la jornada laboral
Muchas de estas estadísticas son recordatorios de lo que hemos escuchado antes. Pero la sabiduría que proviene de la experiencia es algo que debemos recordarnos a nosotros mismos con regularidad. Lo hago todos los días. Y mucho de lo que se dice aquí se me lleva a casa al final de la jornada laboral. Es porque tiene que ver con cómo nos comportamos y tratamos a los demás. De hecho, puedo practicar mucho, incluso en mis años dorados de jubilación.
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